El público repletaba el Teatro Arturo Prat, escenario del encuentro entre el boxeador chileno Adolfo Morales y el estadounidense William Daly, la noche del 11 de junio de 1911. El boxeo comenzaba a hacer su aparición masiva en Chile y de a poco los enfrentamientos con pugilistas extranjeros se hacían más frecuentes. Pero aquella noche la pelea no se debería haber realizado. Al menos así lo creía el contrincante del chileno, un afroamericano, que criticaba el sobrepeso del local, que alcanzaba los 82 kilos.
Las pifias de los asistentes a la pelea no tardaron en aparecer. Y es que una semana antes ya se había suspendido este mismo combate, pues no se contaba con los permisos pertinentes.
Esta vez el público no quería quedarse sin espectáculo y comenzaron a increpar al boxeador estadounidense con un multitudinario "negro cobarde" que caía desde las gradas.
Daly, desafiante, se paró frente a los asistentes y contestó: "Mi no tener miedo. Público quiere, yo pelea ahora mismo" y se dio inicio a un combate en un ring que ni siquiera tenía lona, sino que un entablado.
Era la pelea de fondo y había muchas expectativas, sobre todo por el nivel de este mismo enfrentamiento el año anterior que, después de pasados todos los asaltos, se definió por un pequeño margen para el campeón nacional de los pesos medianos.
Esta vez, los primeros seis rounds fueron completamente de Morales. El estadounidense sólo se limitaba a recibir golpes y el público aplaudía animadamente el desempeño del pugilista nacional. Eso hasta el séptimo round. Fue ahí que Daly acertó un derechazo que envió al campeón directo al piso. "Échale que el negro no puede más, se cae solo. Un chileno no se rinde", gritaba la muchedumbre, tratando de animar al boxeador nacional.
Morales se levantó, pero el golpe había sido tan certero que desde ahí la balanza se inclinaría en favor del afroamericano. El último golpe de Daly fue letal y el chileno no se repondría nunca. Fue la primera muerte de la que se tiene registro en un ring chileno.
Así lo cuenta la revista Los Sport y Edgardo Marín en su libro La historia del deporte chileno". De eso ya han pasado cien años y más "mártires del ring" han ido sumándose a una triste lista.
F. La Hora.cl